Con el reciente fallecimiento de Alberto Fujimori, expresidente de Perú, emerge la cuestión sobre el específico protocolo fúnebre que acompaña a los exmandatarios de la nación. Este protocolo, diseñado para reflejar el alto honor y respeto que merecen quienes han servido como líderes del país, incluye una serie de ceremonias y honores estatales minuciosamente planificados.
El ceremonial comienza con la declaración oficial de duelo nacional, durante el cual las banderas se izan a media asta en todos los edificios públicos y se organizan actos conmemorativos. Seguidamente, se prepara una capilla ardiente, generalmente en un lugar significativo, accesible al público, donde los ciudadanos y dignatarios pueden rendir sus respetos.
El protocolo también estipula la realización de un funeral de Estado, que suele incluir una misa solemne y la participación de las más altas autoridades del país, además de representantes internacionales. Los honores militares no faltan, dado que se realizan salvas de artillería y se observan todas las formalidades correspondientes al rango que ostentaba el expresidente.
Finalmente, el entierro se lleva a cabo con más ceremonias privadas, reservadas para la familia, amigos cercanos y figuras políticas de alto perfil, garantizando que el legado del expresidente sea honrado con dignidad y respeto profundo. Todo este conjunto de eventos refleja la importancia de la función presidencial en la historia y la vida política de Perú, asegurando que la despedida sea acorde a la estatura de quien una vez lideró la nación.
Fuente: Infobae